Sorginetxe (Casa de las Brujas)

Cuando emprendes es complicado desconectar, desde que te levantas hasta que te acuestas tu mente está activa, gestionar todo no es fácil, y al final miles de cosas se agolpan en tu cabeza. Te cuesta dormir, apenas sacas tiempo para ti y al final necesitas una parada en el camino que te devuelva a la vida…no todo va a ser trabajar!
Así que lo tuve claro…llevaba toda la semana esperando la nieve!! 
Pero como ya sabemos en Bilbao  puedes encontrar casi de todo…pero nieve es complicado!

Tod@s tenemos esos lugares preferidos que nos encantan, que nos aportan paz y tranquilidad, unas vistas bonitas, o lugares donde hacer algo de deporte en contacto con la naturaleza y que nos ayudan a recargar pilas…en definitiva lugares para perderse.
El destino era nieve!
Así que, preparamos todo lo necesario para perdernos y descubrir lugares nuevos, no podía faltar; ropa de abrigo, sudadera Animal Culture, chamarra Billabong para la nieve, pantalones Ternua de monte, botas Salomon de monte, muda para cambiarse, guantes, gorro, y sobretodo y lo más importante, bocadillos de tortilla, agua y fruta. 
Metimos nuestra inseparable cámara para documentarlo todo...ah y también una zanahoria y galletas...
Consultamos la previsión meteorológica y marchamos rumbo a Opakua!

En Alava, cerca de Salvatierra se encuentra el puerto de Opakua, allí nos dirigíamos felices y emocionados viendo ya la nieve a través de las ventanillas del coche.
Comenzamos a subir el puerto y descubrimos un desvío a mano derecha; Sorginetxe a 1,3km, el nombre inevitablemente llamó mi atención. 
Tenemos que ir ahí pensé, y decidimos dejarlo para después de comer.

En la subida las vistas que nos aguardaban en la meta comenzaron a mostrarse, ya nerviosa e impaciente como una niña pregunté si quedaba mucho para llegar.
Unas vistas expectaculares del valle y las montañas se vislumbraban a través de la niebla y el sol invernal, que a ratos se dejaba ver a través de las nubes.
Instante único que no pudimos fotografíar…pero que guardamos en la retina para siempre.

Llegamos y una sorpresa inesperada nos aguardaba. 
Alguien había cortado el paso a Opakua, según nos informó la ertzaintza, se encontraba a una hora de esquí de la zona, y tardaría un par de horas en solucionarse.
El agente, amable, nos recomendó que siguiéramos hacía adelante, hasta Kontrasta. 






Kontrasta

Y como no hay mal que por bien no venga, gracias a este imprevisto descubrimos un pequeño pueblecito construido en piedra y madera con mucho encanto, que nos encantó, valga la redundancia.
Allí decidimos comer y jugar, y pasar un buen rato con nuestro amigo de las nieves.




Volvimos a Opakua con nuestro propósito inicial, pudimos estacionar el vehículo y darnos un paseo por la nieve.
A esas horas ya el tiempo comenzaba a empeorar, así que no pudimos llegar hasta nuestro objetivo. Es por ello que decidimos ir a Sorginetxe, y descubrir un lugar sagrado lleno de misterio y de leyenda.



Opakua

A 600 metros del pueblo Arrizala, se encuentra bajo el nombre de Sorginetxe un dolmen del neolítico, que en cuanto llegamos, nos dejo sin habla.

Los habitantes del neolítico construían dólmenes como sepulcro colectivo, aunque también se cree que se construían para reclamar un territorio y reforzar la identidad grupal.
En 1890, de la mano de Sr. J. Apraiz se encontraron restos de cráneos, puntas y flechas que están en paradero desconocido en la actualidad.

Ventana de los espíritus.
Se denomina así la abertura que se encuentra en uno de los laterales a modo de ventana, para que el espíritu pueda abandonar el sepulcro.



Lugar sagrado que pudimos descubrir en silencio. Al igual que su leyenda.
Un antiguo proverbio vasco dice: Izena duen guztia omen da, lo que se traduce como Todo lo que tiene nombre existe.

“Se dice que en la cueva de Lezao, en Egileor, habitaban brujas.
Estas que querían demostrar sus poderes sobrenaturales decidieron una noche coger piedras de enorme tamaño en Atokolarri, en las Peñas de Entxia, y llevarlas hasta Arrizala.
En la oscuridad de la noche transportaron las rocas sobre una rueca al mismo tiempo que hilaban.
Cuando llegaron al lugar elegido construyeron Sorginetxe.
A ellas que les encantaba peinarse los cabellos, comenzaron a reunirse allí, y desde entonces, bajan desde la cueva a Sorginetxe a acicalarse.”

A pocas horas de que comenzara a anochecer nos despedimos de este lugar mágico teniendo la certeza de que volveremos…este lugar en primavera tiene que ser increible!!


Texto: Animal Culture ( J.Martinez-Alcocer)
Fotografía: Animal Culture (J.Martinez-Alcocer y Eduardo Acebedo)
Todos los derechos reservados.


Era una noche de principios de verano, el pueblo estaba en calma.
Él recorría las calles perdido, deambulando entre las sombras por culpa de una enfermedad que le había dejado casi ciego. 
Triste, abatido, hambriento, cansado y lleno de suciedad, andaba sin rumbo.
Ella, se asomó al balcón para disfrutar de la buena temperatura que ofrecía la noche, y fue entonces cuando sus destinos se cruzaron.





Ella le miró, él la intuyó en las sombras y enseguida acudió a ella, ella lo acogió, lo limpió, lo alimentó y le dio amor. Buscó a su familia sin encontrar respuesta, y entonces se quisieron para siempre.
Esta es la historia del gato Ioko, esta es nuestra historia…

Boceto de Ioko







…Y el destino me regaló tu amor…el mejor regalo de mi vida!

Gracias por recordarme cada día mi naturaleza, gracias por reconocerme como uno más de tu familia.
La familia NO SE COMPRA.



Texto: Animal Culture (J.Martinez-Alcocer)
Fotografía: Animal Culture (J.Martinez-Alcocer y Eduardo Acebedo)
Video: Animal Culture (J.Martinez-Alcocer)
Todos los derechos reservados.




En un universo joven, se creó un sistema solar rico en planetas, había uno muy especial, llamado planeta tierra.
En él, el equilibrio entre tierra y agua era perfecto, tan perfecto, que gracias al calor del sol sobre la inmensidad de agua que cubría el planeta, se originó la vida.
Solo cuatro elementos fueron necesarios; tierra, fuego, agua y aire.
El transcurso del tiempo hizo el resto, y en nuestro inmenso mar nacieron seres luminosos, dotados de colores, texturas y luz únicos.







Estos seres fueron libres para habitar las grandes profundidades de nuestro mar, algunos incluso llegaron a habitar la tierra, a lo largo de millones de años de evolución.


"Y volví a ti, inevitablemente, enorme inmensidad azul, fuerte y arrebatadora…
Y me adentré en ti, para sentir tu abrazo,
como pez en el agua, como parte inseparable que somos,
solo uno somos… solo vida,
enorme inmensidad azul, fuerte y arrebatadora."



Texto: Animal Culture ( J.Martinez-Alcocer)
Fotografía: Animal Culture (J. Martinez-Alcocer y Eduardo Acebedo)
Todos los derechos reservados.




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